Conexión, protocolo y profundidad
Facilitar una sesión de Sanación Profunda es mucho más que aplicar técnicas; es un acto de presencia, conexión y transformación tanto para el consultante como para la facilitadora. En cada sesión, se crea un vínculo íntimo que trasciende las limitaciones del tiempo y el espacio, permitiendo que ambas partes se encuentren y se reflejen mutuamente. Este proceso de acompañar, cuidar y contener, sin juzgar, y sostener mientras el consultante se des-cubre, es un regalo profundo de conexión.
La premisa de “Sano porque sanas, sanas porque sano” se materializa en estas sesiones. Ambas partes en una sesión de Sanación Profunda se sanan y se integran, reflejando y reconociendo sus propias experiencias y emociones. Cada dupla, formada por el consultante y la facilitadora, está perfectamente alineada por afinidad de formas, creando un espacio ideal para el crecimiento mutuo y la sanación.
El Protocolo: Alas para facilitar con confianza y estructura
Uno de los momentos más especiales en cada año de la Formación en Sanación Profunda es cuando las estudiantes aprenden a trabajar con el Protocolo de Sanación Profunda. Este protocolo es fundamental para ordenar las sesiones de acuerdo con las necesidades del consultante, permitiéndonos escuchar y atender todos sus cuerpos: físico, mental, emocional y energético. Al liberar y actualizar la energía estancada en su memoria celular, el protocolo nos da alas para movernos con confianza, seguridad y fluidez durante las sesiones.
Quizás mi mente analítica y mi tendencia hacia el orden hayan jugado un papel en la creación del protocolo de Sanación Profunda. En la adolescencia me dolía que me consideraran “fría” por ser de Virgo, hoy comprendo que esta característica ha sido esencial para desarrollar un sistema que ofrece estructura y orden a los procesos de sanación. El protocolo proporciona un marco que enmarca y le da sentido al proceso de sanación, ayudando al consultante a comprender mejor lo que sucede y comprometerse más profundamente con su proceso.
Este enfoque no solo proporciona un contenedor seguro para las facilitadoras, sino que también canaliza y direcciona nuestra intuición. Como muchas facilitadoras han señalado, “el protocolo es mágico” en su capacidad para ofrecer una estructura flexible y adaptativa. La variedad y la profundidad del protocolo aseguran que cada sesión sea única, estimulante y enriquecedora, manteniendo el proceso siempre dinámico y emocionante.
“Reconocí momentos muy intuitivos y de conexión, sin saber cómo salían algunas expresiones tan ajustadas al conflicto”
Marina, facilitadora.
El protocolo es impecable. Puedo ver más el proceso en otros, no dejo de maravillarme cómo cada sesión suma a la anterior y brinda el ejercicio exacto o el trabajo perfecto para aliviar a la persona en ese momento y para que se lo lleve a su vida diaria, como hice yo cuando lo descubrí con vos allá por el 2013.”
Ale, facilitadora.
“Me sorprendió mucho la perfección del protocolo, la capacidad que tiene para hacer hablar a nuestro cuerpo…”lo que sale vale” diría Cris; es totalmente cierto y fascinante. Estoy descubriendo el poder que tenemos en nuestras manos para resolver todo de una manera más simple y eficaz.
Pato, estudiante.
Consistencia y Profundidad: La integración de lo estudiado
En los últimos meses de cada año de formación, nos dedicamos a la práctica y mentoría, una etapa crucial para integrar lo aprendido y experimentar en profundidad. Estos meses permiten a las estudiantes asimilar y digerir sus conocimientos y vivencias, facilitando un cambio amable y transformador. A través de esta etapa, construimos una autoridad energética sobre las diversas temáticas de la vida, que luego se transmitirá a nuestros consultantes.
La Formación de Facilitadores de Sanación Profunda nos transforma en profesionales más sabias, humanas, empáticas y perceptivas. Como bien dijo Carl Jung: “Conozca todas las teorías, domine todas las técnicas. Pero al tocar un alma humana, sea apenas otra alma humana.” Este enfoque nos entrena para ser facilitadoras que, además de tener habilidades técnicas, llevan consigo una profunda humanidad y empatía.
Invitación a la transformación
El proceso de Formación es profundamente transformador, y me llena de gratitud ver a nuestras estudiantes crecer y desarrollarse en este camino. Agradezco a todas las participantes por su compromiso y entrega, y celebro el avance y la profundidad que logramos juntas.
Si sientes el llamado a convertirte en una guía en el camino de la sanación y deseas explorar tu poder personal para acompañar a otros, te invito a sumarte a la próxima edición de la Formación de Facilitadores de Sanación Profunda, que comienza en abril de 2025.
Inscribite ahora y aprovecha las promociones y planes de pago.
Con amor, entrega y servicio,
Cris.