Hoy quiero compartirte una historia que me llena el corazón. Una charla hermosa que tuvimos en vivo con Paula Ojeda (pauojeda.fractaldeltodo), coach y practicante de barras de Access, y ahora también instructora de Medicina Energética y Rutinas Vitalizantes.
Paula formó parte del primer grupo que se animó a transitar el instructorado, y su recorrido fue profundamente transformador.
Por eso quise abrir este espacio de conversación con ella: porque hay algo muy potente en escuchar de primera mano cómo impacta esta formación en la vida real, en lo profesional… y en lo personal.
«Hablar de energía se convirtió en mi primer lenguaje»
Así lo dijo Paula, con una sonrisa luminosa y mucha certeza. Y no es casual. Lo energético, que a veces parece “sutil”, es en realidad profundamente concreto.
Como decimos siempre: ¿querés mover algo en tu vida? Mové tu energía.
Ella lo vivió en carne propia. Venía de años de trabajo desde la mente, con el coaching y otros abordajes, y en un momento clave se dio cuenta de que había algo más.
Que entender no siempre alcanza. Que a veces hay que soltar el loop mental y pasar a la experiencia:
“Sanar no siempre tiene que ver con entender. A veces sabemos que tenemos que perdonar, por ejemplo, pero no podemos salir de ahí. Entonces, lo llevamos al cuerpo energético. Y algo se mueve.”
Lo que cambió en sus sesiones… y en su vida
Lo que Paula vivió en el instructorado no se quedó solo en lo teórico. Llevó cada herramienta a la práctica, la encarnó, y eso transformó por completo su forma de acompañar a otros:
“Ahora en mis sesiones no solo hacemos respiraciones o indagación mental. Sumamos ejercicios energéticos. Les digo: ‘Vamos a mover esto en el campo energético a ver qué pasa’. Y los resultados son hermosos.”
Lo más lindo es cómo sus consultantes reciben esta nueva propuesta. Al principio con curiosidad, a veces con cierta sorpresa, pero después… “Quedan fascinadas. Se sienten más livianas, conectadas, como si algo muy profundo se hubiera movido sin tener que entenderlo todo. Es como sacarse una coraza.”
Y claro, no solo cambió su forma de acompañar, sino su propia vida cotidiana:
“Ahora no naturalizo el dolor. Si me duele algo, me pregunto: ¿qué está queriendo decirme esto? ¿Qué energía está estancada acá? Y desde ese lugar activo mis recursos. Tengo herramientas, y eso me conecta con mi poder personal.”
La conciencia que empodera
Este cambio de paradigma que Paula nombró es algo que siento cada vez más presente: las personas están despertando a una nueva conciencia, a saberse energía.
Y eso transforma todo.
Lo hermoso de este camino es que no se trata de elegir entre la mente o la energía, entre lo racional o lo sensible. Se trata de integrarlo todo. Y ahí, la medicina energética brilla como puente.
“No me voy a quedar en el dolor, ni en la angustia. Ahora tengo recursos. Y eso cambió completamente mi forma de estar en la vida.”
Qué inspiración escuchar a Paula. Qué regalo su vivencia. Me emociona ver lo que pasa cuando las herramientas que compartimos se hacen carne, se vuelven propias, y desde ahí se expanden para llegar a otros.
Gracias Pau, por abrir tu experiencia con tanta generosidad.
Y gracias a cada una que siente el llamado de este camino.
Con amor,
Cris
Si al igual que Paula, queres integrar estas prácticas en tu vida, en tu trabajo o en tu familia, te invito a sumarte al Instructorado en Medicina Energética y Rutinas Vitalizantes.
Vas a aprender mucho más que técnicas: vas a aprender una manera de habitar la vida. Y de acompañar a otros —grandes o pequeños— a habitarla con más conciencia, más calma y más amor.